viernes, 21 de diciembre de 2007

NTRA. SRA. DE LA CONCEPCION DE JINAMAR



Utilizando una frase del padre Javier Aguinaco, vivimos un “mes de lujo”, expresión tomada a su vez de una señora que asistió a la misa con el señor Obispo de Las Palmas de visita en la parroquia de La Concepción de Jinámar.
Creo que todos podemos sumarnos a esta frase y afirmar con gusto y alegría que realmente “vivimos un mes de lujo”, donde pudimos vivir el trabajo misionero y aportamos desde nuestra posibilidad a la labor apostólica que se viene realizando en el Colegio de San Vicente de Paúl en Las Palmas de Gran Canaria y en las parroquias de: “La Concepción” de Jinámar, “Nuestra Señora de las Nieves” de Marzagán y “San Juan Bosco” en el valle de Jinámar.
En cada uno de estos lugares la comunidad va respondiendo a los desafíos de la evangelización y en cada uno de ellos va afirmando su vocación misionera. En cada uno de ellos se anuncia con entereza y jovialidad el Evangelio de Vida y Bienaventuranza.

Este mes lo vivimos en 4 semanas diferentes cada una de ellas: la primera fue en el colegio de San Vicente de Paúl en Las Palmas de Gran Canaria. Animamos y dirigimos las convivencias para los cursos superiores, compartimos la fe con jóvenes entre los doce y dieciseis años. El tema central fue la Libertad, apoyado con textos del Evangelio y una película diferente para cada nivel, siguiendo el material preparado para el Colegio de Barakaldo.
Con cada grupo pudimos entablar un diálogo fraterno y alegre, tratando de conocer la realidad del joven canario, que en tiempos de formación esta buscando conformar su proyecto de vida para así algún día llevarlo a cabo, con los esfuerzos que ello conlleva.
La alegría y disponibilidad fueron los valores que más se hicieron presentes. Cada grupo, presentó como es lógico, su propia problemática, cada edad es diferente, pero simpre se mostraron receptivos y deseosos de conocer y de discutir.
Esta primera semana (marzo 6-10) estuvo pues, marcada por la juventud y el deseo de vivir y de “ser grandes”. Además contamos con la orientación del padre Francisco Javier Lopez, coordinador de pastoral del Colegio, la disponibilidad constante y alegre de los padres de la casa del “Lomo Apolinario” y por supuesto de los profesores y directores del Colegio. A todos ellos nuestro agradecimiento, extensivo a los alumnos que nos acogieron con su sonrisas y alegría.

El viernes 10, en la tarde comenzó nuestro contacto con la comunidad de Jinámar, en cuyo centro se encuentra la iglesia parroquial cuya patrona es la Virgen de la Concepción. La comunidad vicentina misiona esta comunidad desde 1992 y en la actualidad son tres los sacerdotes misioneros que se empeñan en anunciar el Evangelio dentro de esta realidad tan compleja y diversa: el padre Javier Aguinaco, párroco de “La Concepción”, el padre Antonio Ibáñez, párroco de Nuestra Señora de las Nives de Marzagán y el padre Jesús María Osés, párroco de San Juan Bosco en el Valle de Jinámar.
Esta “segunda” parte de nuestra misión estuvo animada y dirigida por el padre Pablo Dominguez, de quien aprendimos cómo se organiza una misión y la metodología o recursos que se pueden utilizar. Él nos insistió en los dos “aspectos” de la misión: el anuncio y el servicio, en los cuales nos supimos “ejercitar”. A él le agradecemos su paciencia y orientación.
Con cada comunidad compartimos una semana, tiempo realmente corto, pero sin embargo lo aprovechamos para tener un contacto con la realidad concreta de cada comunidad parroquial y conocer el trabajo que realizan los misioneros junto a los grupos de catecúmenos, catequistas, jovenes, niños... sin dejar de lado nuestro reconocimiento y gratitud a las Terciarias Capuchinas (Emilia, Mariluz y Piedad) y las Franciscanas Misioneras de María Inmaculada (Ana María Urruti, Ana María Macho) que con tesón, alegría y esperanza, realizan su labor pastoral desde Cáritas (proyecto Media Luna, Acogida San Francisco de Asís – adictos a las drogas y “el ropero”...) y la pastoral de los enfermos dirigida por la hermana Ana María Urruti en la parroquia de san Juan Bosco. Cada una de ellas nos demostraron que la Caridad no es un sofisma de distracción, ni un ideal utópico, sino una realidad fundada en el amor desinteresado y totalmente oblativo. Desde aqui, nuestra profunda gratitud.

a. Nuestra Señora de “La Concepción” Jinámar (Pueblo)
Cada comunidad parroquial, como decíamos está inmersa en una realidad diferente, a pesar de encontrarse en el mismo espacio geográfico. Comencemos pues por la Parroquia de “La Concepción” en Jinámar (pueblo), en donde estuvimos durante la semana del 12 al 18 de marzo. La iglesia parroquial es el centro neurálgico de la labor misionera y desde aquí partíamos todos los días a visitar los enfermos, acompañar los grupos de catequesis en la parroquia misma y en el “sector” de “Las Ramblas” (zona que describiremos luego).
Para esta cuaresma se había establecido una “hoja de ruta” siguiendo los textos evangélicos propuestos para este tiempo. Así que cada domingo se dedicaba a una “estación” en el camino hacia la Pascua. Esta “hoja de ruta” fue el hilo conductor para las oraciones en la mañana (9:30), el trabajo con los niños de catequesis y las “predicaciones” en el “triduo cuaresmal” (miércoles, jueves y viernes). Así se animó cada día en la parroquia. Sin embargo, otro momento importante fue la visita a los enfermos, donde vivimos con el enfermo un momento de oración y sentimos el sacrificio alegre y compasivo de su acompañante, generalmente un miembro de la familia. Este no fue un contacto con el dolor sino por el contrario un compartir de Esperanza y Fe. Ellos nos enseñaron que la enfermedad o la limitación no es el fin, sino una situación que se acepta dentro de la relación amorosa con el Señor.
En estas visitas nos acompañaron Antoñito y dos Hijas de la Caridad (Celia y Dulce) que pronto se encargarán de la pastoral de la salud en la parroquia de “La Concepción”.
Esta “hoja de ruta” se transformó también en “marchas cuaremales” animadas por el padre Javier, excelente caminante entrenado en los caminos de Honduras. Cinco marchas: la primera por toda la zona parroquial (Jinamar, Marzagán, Lomo Blanco, Monte Quemado y Hornos del Rey) la segunda con carácter de peregrinación, al santuario de Nuestra Señora del Pino en Teror, patrona de la diócesis de Las Palmas de Gran Canaria; la tercera por el valle de Jinámar, la cuarta al cerro de Bandama y la quinta con los niños de catequesis por los pueblos antes mencionados. Cada una nos permitieron conocer la realidad y detallar su diversa complejidad.
Es de resaltar el compromiso de catequistas y animadores, generalmente madres de familia que consagran parte de su tiempo a esta labor evangelizadora, cabe decir que muchos y muchas son el fruto de anteriores misiones. Damos las gracias a todos aquellos y aquellas que dan su tiempo por el Evangelio, muchos serían los nombres que deberíamos colocar aquí, pero no faltará el que omitamos sin quererlo, a pesar de ello, ratificamos nuestro reconocimiento.


También se le llama Fiestas de la Caña Dulce, por la costumbre de vender este producto, además de naranjas, durante la fiesta. En 1999 se repartieron unos 3.000 k de cañas en la 'Chupada'; ésta consiste en un desfile de carrozas, papahuevos y cabezudos donde se reparte caña de azúcar a los asistentes. Tienen una feria especializada en caballos, y donde aun se conserva la compra-venta de bestias. Las primeras referencias a la existencia de la ermita se remontan a 1522, aunque la parroquia fue declarada en 1940.

LA CAÑA DULCE, JINAMAR Y LA VIRGEN DE LA CONCEPCIÓN
Existe una tradición antigua que habla de la imagen primitiva de la Virgen que fue encontrada en la fuente del Savo por unas mozuelas que iban a por agua .la virgen iba y venía de la fuente a la ermita de una forma misterios y para que no se "escapase" hubo de encerrarla bajo rejas.
Se cree que la imagen es del siglo XVI. La ermita fue fundad por Don Cristóbal del Castillo el 15 de Febrero de 1539 como así reza en su testamento. Esta ermita fue sustituida por otra en el siglo XVIII.
Los Condes de la Vega Grande sucesores de don Cristóbal han tenido siempre gran devoción por la Virgen de La Concepción.
Un hijo de don Cristóbal, Hernán, edifica una capilla a la virgen de La Concepción en la iglesia de San Juan.
En 1862, Jinámar lo componía 10 casas terreras. Hace 50 años era enteramente rural, dedicado al cultivo del algodón, estaba la iglesia, el cine, el molino de gofio, el coche de alquiler de Pepe Monzón, las paradas de los coches de hora, la casa del caminero y dos bares.
En la década de los años setenta del siglo pasado se empezó a urbanizar la finca de la condesa y a levantarse los altos bloques que acogen a una población de cerca de 30.000 habitantes.
http://es.geocities.com/depaca_sociedad/luismorote.jpg Luis Morote (http://es.geocities.com/depaca_sociedad/sociedad-luismorote.htm) nos habla de los frutos que la tierra de Jinámar: caña de azúcar, café, papas, tomates, higueras, duraznos, el mango, la chirimoya, etc.
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